¡Nuevos desafíos!: esta vez en busca de una batalla más grande.

Akemi permanecía recostada debajo de un árbol, sumergida en sus pensamientos. Se vislumbraba el cielo entre las ramas de aquel frondoso roble, y cuando el viento soplaba, algunos rayos del refulgente sol la cegaba. No tenía nada más importante para hacer en aquel entonces. Por lo tanto, se puso de pie, y caminó hasta las orillas de un río. Allí, se dispuso a darse un baño. Se quitó el caluroso vestido gris, se soltó el cabello, y se dejó hacer por la corriente. El agua le pareció refrescante como nunca antes, en un día caluroso como este ese nada venía mejor.

A los veinte minutos salió, y se colocó la ropa. Decidió quedarse allí sentada, pues se mantendría tranquila. Pero en pocos minutos, vio que una figura se acercaba a ella. Rápidamente, y sin darse la vuelta, tomó un kunai.

(Aquel aroma familiar embriaga los sentidos de Silver. Recordaba perfectamente la última vez que había experimentado semejante sensación y su mente dibujaba miles de imágenes que agradaban al lobezno. Su olfato agudo le permitió seguir con facilidad y localizar la ubicación de la cual provenía dicha esencia. Se acercó sigilosamente pues deseaba que el factor sorpresa hiciera su trabajo. Al confirmar la sospecha de que la fuente de tan maravilloso hechizo era aquella mujer que él pensaba, se mantuvo expectante ante su presencia, escondido entre los árboles y observándola.)

Se supone que te tenías que acercar, pedazo de pelotudo xD

Akemi seguí expectante a los movimientos de su posible agresor...

(Silver detectó la inquietud que invadía a la muchacha. Sabía que había sido descubierto, pero aún tenía ganas de divertirse. Desenvainó su katana y salió rápidamente de su escondite, arremetiendo contra la joven con fiereza.)

Se levantó presurosa, y arrojó rápidamente el shuriken, seguido de tres kunais. Dio unos pasos a los costados, alejándose de su oponente.
----Tsk... Una no puede estar tranquila hoy en día.---- Se quejó mientras acomodaba su cabello.

(Silver vio venir los shurikens y los esquivó con facilidad. Detuvo su ataque y se colocó frente a su adversaria. Sonrió.)

- ¿Qué pasa, niña loca? ¿Acaso eso es lo mejor que tienes? Esos patéticos ataques no funcionaron la primera vez que nos encontramos y no funcionarán ahora.

(Sus ojos de lobo centellearon con entusiasmo.)

Abrió los ojos, con notable sorpresa. No podía ser él... Pero sin embargo, esos ojos no podrían ser otros.
----Silver...---- Susurró, bajando la defensa.---- ¿Qué haces aquí?---- Echó la cabeza hacia un costado, intentando asimilar la situación.

(Silver estaba feliz de ser reconocido, pero se limitó a esbozar una sonrisa que apenas exhibía sus colmillos.)

- No pude evitar percibir tu delicioso aroma y decidí venir a jugar un rato contigo, como solíamos hacerlo en los viejos tiempos. Más te vale que me brindes un verdadero reto, no querrás aburrir a este joven lobo, ¿verdad?

(Había notado que Akemi estaba expuesta y rápidamente dio un salto, atacando nuevamente.)

-Yo...- No le dio tiempo a hablar, y tuve que evitar un veloz golpe de parte del joven lobo.- ¡eso no se vale, estaba distraída!- Agitó los brazos, y lo miró con un dejo de odio.- Pero ahora podemos enfrentarnos si quieres...

Rápidamente, cinco kunais aparecieron distribuidos en sus manos. Se colocó en modo de ataqué, esperando una respuesta de su nuevo y viejo contrincante.

(Silver estaba complacido, parecía que finalmente podría entretenerse un rato. Sus ojos refulgentes denotaban una profunda emoción.)

- ¡Sigamos el juego!

(Silver lanza su katana hacia un lado y asume su posición de combate: el estilo del lobo.)

- No necesito usar armas para vencerte, niña.

(El lobezno corre hacia Akemi a una velocidad casi imperceptible.)

-Con que sólo me udsas para tus diversiones ¿eh? Como desees.- Se dirigió a él a una velocidad similar, y a último momento cambió su trayectoria, esquivándolo. Se colocó dada vuelta, pegada a su espalda, sonriendo.- He mejorado mi velocidad, perrito...

(Silver sintió la cercanía de la muchacha y una sensación extraña invadió su cuerpo. Tenerla nuevamente tan próxima resultaba encantador. Estaba impresionado por la mejoría de la joven, pero jamás lo admitiría. Se volteó súbitamente para quedar frente a frente y le sonrió, mofándose de su velocidad inferior.)

- ¿Perrito? Lo tomaría como un insulto si tan sólo tuvieras alguna forma de respaldar tal afirmación.

(Silver se sentó en el suelo y se cruzó de brazos.)

- Eres rápida, pero nunca me superarás. Te reto a que intentes darme siquiera un golpe.

-Pf... E perrito agrandado nuevamente. Puedo darte mucho más que un reto. Soy una verdadera diversión.- Con una de las puntas del shuriken, acarició el rostro del lobezno, para provocarlo.

(Silver permaneció impasible ante la provocación de la muchacha. Ese patético gesto lo aburría enormemente.)

- Si te doy la oportunidad de acercarte lo suficiente como para tocarme con esa estrellita de metal, al menos hazme algo de daño.

-Andate a cagar pedazo de pajero (?)

Fúrica, desde su corta altura le lanzó una patada, dirigida a la nuca.

Ok, no estoy inspirada xD

(Silver esquivó la patética patada, tomó a la muchacha del brazo y la arrojó al suelo)

- Creo que no es la primera vez que te veo morder el polvo. Esto es realmente muy aburrido, niña. ¡Creía que serías un verdadero reto, pero parece que me equivoqué!